Graciela estaba esperando con impaciencia en la clase. Ella estaba esperando a que el señor Brown entrase en el aula con esa aura enigmática que simplemente la volvía loca. Sr. Brown, que pasó a ser el profesor de geografía no podía entender el impacto que su sonrisa de niño había dejado en la mente tierna de su alumna adolescente. Apenas notó que sus mejillas color de rosa se ponia más roja, mientras que él le preguntó de las lecciones diarias. Casi todo el mundo hemos llegado a través... Continuar leyendo